
Pero lo verdaderamente importante es que seguimos cumpliendo años a pesar de las dificultades, y van ya más de cien, en los que hemos tenido épocas gloriosas y épocas de ostracismo en las que hemos visto pasar bien de cerca la desaparición. Pero en todos estos períodos siempre hubo un factor común, algo que siempre estuvo ahí y que nunca abandonó al equipo; nuestra grandiosa afición. Esa afición que lleva al equipo en volandas no cada quince días como ocurre en muchos equipos, sino cada siete, porque vaya donde vaya el Betis, juegue donde juegue, siempre lleva seguidores consigo y eso es lo que nos hace ser verdaderamente grandes.